Crónica de la Esencia de un Barrio (y II)

11:58 Agrupación Musical "Dulce Nombre de Jesús" 0 Comments

    En la primera parte de esta crónica os describimos todo lo referente a “lo que se ve” de un concierto de este tipo, pero en esta segunda parte vamos a centrarnos en “aquello que no se ve” y en las anécdotas ocurridas el día 8 y los anteriores, que no fueron pocas.


    Unos días antes del concierto ya se veia venir que para que todo saliera bien ibamos a tener que trabajar con muchisimo esfuerzo, no en vano un par de componentes de la banda realizaban un viaje el dia 6 de Diciembre alrededor de las 5 de la mañana con destino Sevilla, con el fin de recoger tanto las hombreras como la nueva percusión. A eso de las 3 de la tarde de ese mismo día llegaba todo a Granada y aunque con algún problema en el montaje (“¿Porque estos tornillos vienen cortos?”) ese mismo día a las 20:30 de la tarde se estrenaba la nueva percusión en un ensayo extraordinario de la batería del Dulce Nombre. Fueron momentos de gran ilusión para esta sección de la banda, que ha sabido esperar su momento por el bien de la banda, en un estreno que se ha hecho esperar un par de años.



    El día 7 los nervios eran ya mas que visibles, a las 20:00 realizamos un ensayo y dejamos todo listo para el siguiente día. Las tareas eran muchas: recoger los atriles y empaquetarlos, preparar las carpetas de partituras de las diferentes secciones, afinar de nuevo la percusión, dar el último repaso a algunos uniformes, etc. Esa noche algunos durmieron bien poco...




    El mísmo día 8 a eso de las 10 de la mañana algunos componentes ya estaban en el teatro realizando las tareas de montaje. Antes ya se habian recogido las flores y en esos momentos se estaba probado el DVD con el vídeo a poner durante el concierto, comenzado a colocar sillas, montar atriles, etc.

    Y justo ahí surgió el primer problema del día, la banda no entraba en el escenario con el telon cerrado. Las casi 70 sillas que hacen falta para sentar a toda la sección de viento metal del Dulce Nombre impedian cerrar el telón, asi que hubo que tomar una “decisión salomónica”: el telón se quedaría abierto toda la función.

    A eso de las 11 de la mañana comenzaban a llegar el grueso de componentes de la agrupación, entre ellos teniamos incluso uno que había cogido un avión a las 7 de la mañana en el aeropuerto de Zaragoza para poder llegar a tiempo de tocar con la banda, ¿eso es afición no?.

    Una vez todos vestidos nos colocamos en el escenario para realizar el ensayo general y ahí comenzó “el lio”... “¿donde esta mi atril?”, “¿la carpeta de las tubas la habeis traido?”, “a mi me falta Cristo de las aguas” e incluso algún “¿pero de ordinaria tocamos algo?”... Menos mal que la logística no falló y minutos después todo estaba preparado y listo.




    La coral comenzó a interpretar los primeros compases del “Caligaverunt Oculi Mei” en un improvisado ensayo general y nosotros por nuestra parte interpretamos los primeros compases de “La Soledad de María” para después afinar. Tan solo quedaba colocar las hombreras a todos los uniformes, respirar hondo y abrir las puertas del teatro... el resto ya es historia.

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